Camina sobre un hilo flojo, y a veces parece desvanecerse. No entiende que las agujas del reloj se detienen.
Usa jeans viejos y ojotas, mientras a su alrededor la consumen las nuevas marcas. Está aniquilada, se siente derrotada, no soporta la soledad pero al mismo tiempo la ama.
Ella está en un salón pequeño lleno de gente y se siente aún más diminuta, porque todo lo que ve es como se destruyen, donde las apariencias es lo único que importa y gozan por tildar a la chica indiscreta.
¿Indiscreta? ¿Inoportuna? ¿Inconveniente?
Esas son siempre las palabras, las palabras con las que se siente «desencajada».No encuentra hueco donde caer, y cada vez la asusta más desaparecer.